La noche del 22 de octubre, LUZ CASAL, la legendaria artista española, conquistó la Ciudad de México en el
Pepsi Center con un concierto que quedará grabado en la memoria colectiva. Tras seis años de ausencia, su
regreso fue una auténtica revelación, emergiendo entre luces y ovaciones como una figura de otro mundo,
desatando la euforia con los primeros acordes de Hechizado.
Dueña de una voz inigualable y eterna, su actuación no fue solo un recital, sino un viaje emocional donde
éxitos como Que Corra el Aire, La Inocencia y Sentir resonaron en cada rincón de un abarrotado recinto.
“Venimos con clásicos, pero también con canciones nuevas de Las Ventanas de mi Alma”, anunció,
emocionando a los presentes con lo mejor de su reciente producción.
En un momento de especial conexión, LUZ CASAL dedicó una de sus canciones icónicas, No Me Importa
Nada, a todas las mujeres, mientras en la pantalla gigante desfilaban rostros de mujeres que han marcado la
historia, Desde Édith Piaf, hasta Marie Curie, pasando por Ella Fitzgerald, Janis Joplin, Mina, Maria Callas,
Whitney Houston, entre muchísimas más, formando un collage en el que el lugar central lo ocupó la madre
de la intérprete gallega. El público, conmovido, vibraba al ritmo de cada palabra.
A medida que la noche avanzaba, las emociones se intensificaron con temas como Jazmín, Entre Mis
Recuerdos, Es Por Ti y Besaré el Suelo, creando una atmósfera mágica donde el público, cómplice de cada
nota, coreaba con fervor la interpretación de Un Nuevo Día Brillará; la Comendadora de las Artes y las Letras
de Francia logró envolver a todos en una ola de energía y emotividad.
El éxtasis del público alcanzó su punto máximo con A Cada Paso, mientras LUZ CASAL irradiaba la misma
fuerza que cuando debutó en los años 80, demostrando por qué sigue siendo pionera del rock español.
El concierto parecía llegar a su fin con temas como Quizás, Antes Que Tú, Rufino y Loca, cerrando con la
épica Pedazo de Cielo, pero los aplausos incesantes no dejaron que la magia terminara.
LUZ CASAL regresó al escenario para provocar una sacudida estruendosa con Piensa en Mí, canción con la
que incursionó al mundo del bolero en 1991 a través del clásico de Pedro Almodóvar, Tacones Lejanos;
aprovechó el momento para mencionar que es la canción obligada de su repertorio y externó su admiración
a su compositor, Agustín Lara. Justo unos días antes, la cantante recibió aquí en la Ciudad de México un
reconocimiento de manos de Vianey Lárraga, viuda del músico poeta, por mantener vivo el legado a través
de su versión de este clásico.
La emotividad continuó con Negra Sombra, un tributo a su natal Galicia, y Un Año de Amor, otro clásico
almodovariano. El broche de oro llegó con Te Dejaré Marchar, mientras la multitud la ovacionaba de pie,
extasiada y conmovida, mientras en la pantalla se proyectaba su nuevo sencillo, El Canto del Gallo.
LUZ CASAL, presentada por Orly Beigel Productions y Óscar Carnicero Producciones, brindó una de las
noches más espectaculares del año, reafirmando por qué su legado sigue intacto, más poderoso que nunca.
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