El tema migratorio hoy en día es algo controversial. Sin embargo, es realmente muy poco lo que se conoce acerca de este fenómeno que cada día se hace más presente.
La migración abarca diversas dimensiones, por lo cual, no puede ser analizada de manera lineal, sino únicamente tomando en cuenta sus diferentes aspectos políticos, sociales, geográficos, culturales e incluso históricos; siendo éste último uno de los más influyentes para entender el panorama actual.
Tras la pandemia por COVID-19, el mundo cambió de manera drástica para nunca volver a ser el mismo. Las consecuencias de este acontecimiento dejaron al mundo ante la necesidad de buscar mejores condiciones de vida en otros lugares del globo; y es precisamente por eso, que México, al ser geográficamente privilegiado al ubicarse ante las puertas de los Estados Unidos de América, es el anfitrión perfecto para recibir miles y miles de migrantes diariamente.
Sin embargo, no todas las consecuencias fueron negativas, puesto que la pandemia vino a marcar también los indicios de una nueva revolución industrial.
Debido al COVID-19, el modo de vida a nivel mundial dio un giro inesperado, priorizando así nuevas necesidades y abriendo paso al mismo
tiempo a la oportunidad de desarrollar habilidades y talentos a distancia, así como vender productos y servicios como nunca antes en la historia de la humanidad; ya que por primera vez, las barreras internacionales en los negocios y la comunicación se desvanecieron por completo.
Por otro lado, para cuestiones migratorias y tránsito internacional, esto desemboca en un problema de sobrepoblación creciente de manera acelerada, lo cual repercute en todos los sectores poblacionales, para bien y para mal.
Si bien, México fue anfitrión de muchos extranjeros que fomentaban la economía durante la pandemia, como los famosos “nómadas digitales” (consecuencia del auge de las criptomonedas) y gente que hacía trabajo a distancia (“home office”) residiendo en México pero ganando desde su país de origen, también hubo muchos problemas con personas que venían justo por la razón contraria: la falta de oportunidades en su país de origen.
Ejemplo de esto son las caravanas migrantes de todas aquellas personas que buscan ingresar a México día con día con la intención de llegar a nuestro país vecino del norte.
Sin embargo, no es esta la única problemática, ya que, retomando el tema de los extranjeros que vienen por motivos laborales y económicos, al residir en México de manera irregular, son sujetos a muchas lagunas legales que no solo perjudican su situación migratoria (por ejemplo el hecho de no pagar impuestos), sino que generan problemas innecesarios que solo entorpecen los procesos burocráticos para lograr una legal estancia, ya que al iniciar una nueva vida en México se adquieren obligaciones que trascienden lo meramente migratorio.
Además, es preciso aclarar que las autoridades migratorias mexicanas no están preparadas para reaccionar ante una problemática migratoria tan grande como la que enfrentamos hoy en día, y menos considerando la influencia y la presión internacional que ejerce Estados Unidos sobre toda América Latina y el resto del Continente; puesto que el problema que hoy enfrentamos es consecuencia directa de los intentos masivos de entrar a Estados Unidos por parte de la comunidad migrante proveniente de todas partes del mundo.
Es por eso mismo que la sociedad en general debe tomar consciencia de este tema, ya sea desde el sector privado o el servicio público, ya que hay un largo camino por recorrer en materia de regulación migratoria.
Finalmente, podemos concluir que de ahí nace la necesidad de reformar y readaptar nuestra legislación, así como crear mejores programas y políticas públicas que cubran problemas reales (y no meramente hipotéticos de “deber ser”), que sean capaces de anticiparse y plantear soluciones que se adapten a la nueva realidad mundial.
Por:
Mtro. Rafael David Rivera Serrano Abogado de Migración
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